Contaminación del Rio Bogota.

lunes, 7 de noviembre de 2011

¿Cuales son las problemáticas ambientales del Rio Bogota?

Rio Bogota

El río Bogotá nace a unos 3400 msnm en el Alto de la Calavera, Municipio de Villapinzón al Nor-Oriente de Cundinamarca. Recorre cerca de 370 Kms. de longitud en dirección sur-occidente y desemboca en el río Magdalena a una altura de 280 msnm, en el Municipio de Girardot. La cuenca del río Bogotá drena una superficie de 599.561 hectáreas.

El río Bogotá es la principal fuente hídrica de la Sabana de Bogotá y el receptor de los aportes domésticos de los habitantes de Santa Fe de Bogotá y los municipios de la Sabana. El 90% de la carga contaminante del río llega a través de los ríos Salitre o Juan Amarillo, Fucha y Tunjuelo. Un 30% de este caudal proviene de la cuenca del Salitre, un 39% del Fucha y un 21% del Tunjuelo, estando compuesto el 10% restante por los aportes combinados de las subcuencas de Torca, Conejera, Jaboque, Tintal y Soacha.

                                          
                                          Contaminación del Rio Bogota



¿Cuales son las causas de contaminación?

Las principales fuentes de la contaminación hídrica generada por la ciudad son las aguas residuales domésticas (ARD), las aguas residuales industriales (ARI) y la minería extractiva. Según un estudio del DNP-PNUD (1994), la carga doméstica representa el 76% y la industrial el 24% de la carga orgánica total generada por Bogotá y Soacha, en términos de DBO5. Aunque la participación de la industria parece estar subdimensionada, el mismo estudio señala que las cervecerías son las mayores contaminantes orgánicas (en DQO), con el 68,6% del total, seguida por el sacrificio de ganado (3,5%), los detergentes (1,5%), las bebidas (1,5%), la minería (0,1%) y otros sectores (29,8%).

En cuanto a los sólidos suspendidos, las mayores cargas son producidas por la minería extractiva (46%),seguida por las cervecerías (33,3%), el sacrificio de ganado (2,1%) y el resto de sectores (18,6%).

La mayor carga contaminante al río Bogotá la genera la capital. Según el mismo estudio citado, el corredor Bogotá-Soacha produce el 92,6% de la carga orgánica total (en DBO5), frente al 7,4% del resto de municipios de la cuenca aguas arriba de Alicachín.

Además de la carga orgánica, las aguas residuales domésticas son, por su parte, la fuente principal de la contaminación por detergentes, mientras que las industriales constituyen el origen de la contaminación por metales pesados y otros compuestos químicos tóxicos, orgánicos e inorgánicos.





¿Cuales son los efectos de contaminación?


Las condiciones extremas de contaminación biológica, química y física de los ríos Salitre, Fucha, Tunjuelo y Bogotá han impactado severamente otros elementos del medio natural y socioeconómico de la región y de la ciudad:

Los lodos del lecho de los ríos, habitat de la fauna béntica, presentan altos contenidos de metales tóxicos. Las investigaciones han encontrado concentraciones de hasta 9 mg/kg de cadmio, 187 mg/kg de cromo, 20 mg/kg de cobre, 133 mg/kg de plomo, 25 mg/kg de mercurio, 49 mg/kg de níquel y 194 mg/kg de zinc en los lodos del río Bogotá, especialmente frente a la ciudad. Asimismo, se han encontrado altas concentraciones de plaguicidas organoclorados, especialmente de lindano (16 mg/kg), heptacloro (331 mg/kg), heptacloro epóxico (0.38 mg/kg) y dieldrín (4.8 mg/kg).

La ictiofauna ha desaparecido de la mayor parte del río Bogotá, en particular desde la desembocadura del Juan Amarillo hasta el Magdalena. En el pasado, el curso alto del río Bogotá y sus afluentes era rico en peces autóctonos como el capitán pequeño (Pigydium bogotensis), el capitán grande (Eremophylus mutisii) y la guapucha (Grundulus bogotensis). En los decenios del 50 y del 60 se introdujo la trucha (Salmo gairdnerii) y más tarde la carpa (Cyprinus carpio). Todas estas especies desaparecieron del curso del río Bogotá, especialmente abajo de la desembocadura del río Negro, así como también de los cursos inferiores de los ríos Negro, Frío, Chicú, Balsillas, Juan Amarillo, Fucha, Tunjuelo y Soacha. También, desaparecieron del embalse del Muña, el cual presenta condiciones polisapróbicas, con procesos de eutroficación avanzada. La trucha se mantiene hoy en los sectores altos y tormentosos del río Bogotá y sus tributarios, libres de contaminación, y en los embalses del Sisga, del Tominé, del Neusa y algunas lagunas naturales (Siecha, Guatavita, Chisacá y otras). En el curso medio e inferior del río, los peces nativos también desaparecieron en su totalidad, como consecuencia de la fuerte contaminación. Entre ellos los más importantes desde el punto de vista económico son el bocachico (Prochilodus reticulatus magdalenae), el bagre pintado (Pseudoplatystoma fasciatus), el coroncoro (Plecostomus tenuicauda), la dorada (Salminus affinis), la sabaleta (Brycon rubricauda), la arenca (Triportheus magdalenae), la dorada mueluda (Brycon moorei moorei), el barbudo (Pimelodus clarias) y otros. Estos peces forman parte de la región ictiofaunística del Magdalena, para la cual se han reportado 166 especies de peces, de las cuales 26 con importancia económica (Dahl, 1971; en Valderrama y Zárate, 1989; en Epam, 1993).

Las aguas contaminadas del río Bogotá ha originado altos contenidos de microorganismos y de metales tóxicos (mercurio y cromo) en algunos alimentos. Así por ejemplo, se han encontrado contenidos de hasta 2.2 millones de coliformes y 7.4 millones de microorganismos totales (NMP/100 ml) en leche producida con pastos regados con aguas del río Bogotá. Muestras llevadasa cabo en 18 sitios a lo largo del río arrojaron un promedio de 5.1 ppb de mercurio en la leche. Otras mediciones han detectado contenidos de 24,000 colonias de bacterias totales y 320 de coliformes totales en verduras cultivadas cerca al río. Estos valores superan ampliamente los niveles permisibles para consumo humano (ICTA-UN, 1984; Universidad Nacional, 1987; Pinzón B. y Rico E., 1983; en Epam, 1993).

Con respecto a la vegetación, el río presenta una baja densidad de macrofitas acuáticas, a causa de la velocidad del agua y de las obras de corrección que ha sufrido. En los sectores de meandros se observan macrofitas enraizadas y algunas flotantes que sirven como sustrato y/o alimento de macro-invertebrados acuáticos que ayudan a mineralizar la materia orgánica y a controlar las concentraciones de sustancias tales como metales pesados y fenoles

Las comunidades humanas cercanas a las corrientes contaminadas acusan enfermedades de origen hídrico en proporciones muy superiores a las que presentan comunidades alejadas de los ríos. En efecto, algunas investigaciones han demostrado que la frecuencia media de las afecciones de origen hídrico es mayor en los sectores cercanos (1.49%) que en los alejados (0.40%). Las enfermedades más frecuentes son las bacterianas y las digestivas (amibiasis, shigellosis, intoxicación alimentaria, enteritis, diarrea, otras bacterianas, gastritis y duodenitis), las cuales ocurren con frecuencias de hasta 6.5 y 8 % en barrios cercanos al río (Fontibón y Tunjuelito), frente a 2.5 y 1.5 % en barrios alejados (Chapinero y Prado Veraniego). En ciertas enfermedades parasitarias, como la helmintiasis, estas frecuencias van desde 5.5% cerca al río (Fontibón) hasta 0.93% lejos del río (Chapinero). Lo mismo sucede con las virales (hepatitis y otras), para las cuales las frecuencias encontradas van desde 2.7% en Tunjuelito (cerca) hasta 0.5 en Prado Veraniego (lejos). Sobre este particular conviene anotar que la población directamente expuesta a las aguas contaminadas del río Bogotá y de sus tributarios urbanos suma más de 500.000 personas (valor estimado antes del censo de 1993, que determinó para Bogotá una población bastante mayor que la de las estimaciones hechas con base en los censos anteriores), en general de bajos ingresos, lo que deja ver la magnitud del problema.

•Las infraestructuras de suministro de agua potable acusan altos costos adicionales de construcción y mantenimiento, debido a la alta contaminación. En efecto, algunos municipios localizados muy cerca del río Bogotá han tenido que conducir el agua de consumo desde puntos localizados hasta más de 20 km de distancia, lo que se refleja en un mayor costo de suministro (con respecto a si se pudiera utilizar las aguas del río). Otros municipios tienen que tratar con sus propios medios el agua altamente contaminada para atender sus necesidades, con un costo elevado (caso de Agua de Dios). A lo anterior habría que agregar el costo de los racionamientos que sufren otros municipios de la cuenca baja, por la escasez del recurso hídrico.

La generación hidroeléctrica que se realiza en la cuenca media del río Bogotá también acusa el impacto de la contaminación de las aguas de generación, debido a los mayores costos de bombeo al embalse del Muña; a la corrosión de los túneles y de los equipos electromecánicos, que también se refleja en mayores costos por reparación de filtraciones y reposición más frecuente de equipos); y a los problemas generados por la contaminación del embalse del Muña sobre las comunidades y actividades ribereñas y sobre la propia vida útil del embalse.
Todos estos impactos tienen, de forma evidente, un costo. Las investigaciones llevadas a cabo han permitido estimar el valor de los impactos fácilmente monetizables en 48,14 millones de dólares anuales (véase cuadro 2). No obstante, hay muchas otras incidencias que no es posible monetizar actualmente,
por dificultades metodológicas y de información, aunque su importancia puede ser mayor que la de los componentes indicados anteriormente, tales como la valorización de la tierra, los usos recreacionales y turísticos potenciales, el desarrollo agropecuario con riego, los efectos sobre la salud de la población indirectamente expuesta (6 millones de habitantes), los costos de oportunidad del agua no contaminada, en especial en Bogotá, donde muchos usos podrían atenderse con agua reciclada del río (lavado de carros, usos sanitarios, riego de jardines, ciertos usos industriales), la destrucción de humedales y los efectos sobre la fauna, el bienestar general de la población y muchos otros.


                      Daño al planeta

                                              Efectos Mortales


¿Que soluciones se plantean para el problema?

RECUPERACIÓN DEL RÍO BOGOTÁ

La descontaminación del río Bogotá y sus tributarios constituye un problema crítico a nivel regional, tanto por situaciones de salud humana como por razones económicas, tal como se ha demostrado en las secciones anteriores. Esta descontaminación debe hacerse mediante dos mecanismos complementarios, pero no excluyentes: el tratamiento de las aguas residuales urbanas y el control de vertimientos industriales. Dicho proceso, no obstante, se enfrenta al difícil problema de financiamiento, en especial en el caso de Bogotá.

Para los municipios sabaneros, la CAR está en vías de terminar el proyecto CAR-BID, el cual contempla la construcción de plantas de tratamiento en las aguas residuales urbanas y de las curtiembres de Villapinzón. El esquema general empleado considera la construcción de las plantas a cargo de la CAR y la operación y el mantenimiento a cargo de los municipios, luego de un período de operación a cargo de la CAR. En la actualidad se encuentran construidas la mayor parte de las plantas municipales y se espera que en dos años el programa esté concluido. La meta es que estas plantas eliminen, como mínimo, el 80% de la carga orgánica de las aguas negras municipales.

En el caso de Bogotá, el tratamiento de sus aguas residuales se ha venido discutiendo en forma seria desde mediados de los 70. El Plan Maestro de Alcantarillado de 1985 incluyó el análisis de 16 alternativas de tratamiento y, como resultado, recomendó la construcción de una planta única para toda la ciudad en Alicachín, cerca al embalse del Muña, hasta donde se llevarían las aguas residuales a través de un gran interceptor enterrado (Hidroestudios - Black & Veatch, 1985). Más tarde, en 1988, la firma Bywater, de Gran Bretaña, presentó a la EAAB un estudio para la mejora del río Bogotá, el cual desembocó en una propuesta para la realización del proyecto bajo el sistema de concesión. Como resultado, la EAAB solicitó propuestas técnico-económicas a diferentes países con experiencia reconocida en este campo.

Recibió ofertas de Bywater de Gran Bretaña, Degremont de Francia y Dragados y Construcciones de España, todas las cuales se inclinaron por una alternativa de tres plantas, una en cada una de las desembocaduras de los ríos Salitre, Fucha y Tunjuelo, excepto Dragados y Construcciones que propuso una cuarta planta en Torca, en vez del interceptor Torca-Salitre. Dadas las diferencias encontradas en las propuestas, la EAAB solicitó a las mismas firmas una oferta sobre una base común de especificacionespara una primera etapa del proyecto, consistente en 5 alternativas para el tratamiento de las aguas de las cuencas del Salitre, Torca y La Conejera, ninguna de las cuales fue adjudicada. A finales de 1992, el Fonade financió la realización de un estudio que evaluara las diferentes alternativas propuestas antes para el tratamiento de las aguas residuales de la ciudad. Este estudio fue confiado a la firma Epam Ltda, la cual entregó sus recomendaciones en mayo de 1993. Posteriormente, el Comité Interinstitucional del río Bogotá, conformado por el DNP, la Car, el departamento de Cundinamarca y el Distrito Capital, estudió los resultados y acogió las recomendaciones de Epam Ltda, las más importantes de las cuales fueron la selección de un esquema de tratamiento múltiple en tres plantas localizadas en las desembocaduras de los ríos Salitre, Fucha y Tunjuelo y la ejecución del contrato mediante un sistema de concesión. Como resultado de esta decisión se inició un proceso licitatorio que concluyó con la adjudicación de la concesión al consorcio francés Degremont-Lyonnaise des Eaux (Bogotana de Aguas y Saneamiento – BAS-)

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El objetivo del proyecto es lograr en el tratamiento primario una reducción del 40% de la carga orgánica y del 60% de los sólidos suspendidos; en el tratamiento secundario se espera lograr un efluente con una DBO5 máxima de 20 mg/l y sólidos suspendidos de 30 mg/l. Al finalizar la construcción de la planta del Tunjuelito, se espera lograr la meta de reducir un 89% de la carga orgánica total aportada por la ciudad al río Bogotá y un 78% de los sólidos suspendidos totales.


                                                         Queremos un rio como este

La contaminación de el Rio Bogota es un problema que nos incumbe a todos los ciudadanos que nos encontramos a las cercanias o que por algún motivo tenemos contacto con este, necesitamos informarnos para saber cual es el problema que nos invade para así poder actuar y solucionarlo, no solo plantear un montón de quejas ante esta grave situación 


Con ayuda de :  
http://www.alverdevivo.org/Documentos/EL%20PROBLEMA%20DEL%20RIO%20BOGOTA.pdf

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